Descenso del cobre pasa la cuenta: productores pequeños han caído 27%

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La baja del metal ha hecho que unos seis mil trabajadores mineros dejen la actividad en los últimos dos años. Tendencia se agudizará si los precios siguen descendiendo.

El menor precio del cobre ya está cobrando sus primeras víctimas. Hoy existen en Chile 1.131 pequeños productores mineros, un 27,7% menos de los que había hace tres años. Desde 2011, cuando se registró la cotización promedio anual más alta de la historia, en adelante, 435 productores chicos han dejado la actividad y gremios y empresarios adelantan que esta migración se acentuará si el metal rojo sigue bajando y los costos altos se quedan.

No es lo único: hay ya 6.308 trabajadores que dejaron la minería entre 2011 y 2013, según la Superintendencia de Pensiones. La región que más perdió trabajadores mineros fue Atacama, con un 13,39% de caída, seguida de Antofagasta, con 10,4%.

Eso sí, los sueldos no han bajado y eso se explica porque las remuneraciones están ligadas a “contratos marco” negociados colectivamente. En la minería, el sueldo imponible a diciembre de 2013 ascendía a US$ 2.235, más del doble del promedio nacional (US$ 1.020).

Esta reducción de trabajadores se debe también, explica Nelson Pizarro, presidente ejecutivo de la minera Caserones, a que hay pocos proyectos de inversión que se mantienen vigentes. Los altos costos, la judicialización de las iniciativas y también el menor precio ha hecho que muchas iniciativas se congelen.
En el caso de Caserones, esta minera está terminando su construcción y “por lo tanto, estamos desmovilizando a cientos de trabajadores”.

En gran parte de la década pasada, los trabajadores mineros más que se duplicaron -pasaron de 100 mil en 2003 a 237.000 en 2012-, en especial los de las empresas contratistas, que pasaron de 59 mil operarios a inicios de la década a 167 mil el año 2012, según cifras del Consejo Minero y Sernageomin.
Debido a la demanda y a los mejores sueldos, se emplearon en el sector minero trabajadores que venían de otras áreas, como servicios, construcción y transportes, y de regiones no mineras, principalmente la Región Metropolitana, Valparaíso y Biobío.

De la gran ola de operarios que venían del centro y sur de Chile y que con anterioridad no se dedicaban a la minería, “quedan muy pocos”, agrega Pizarro. “Al no haber ya gran demanda en la construcción, las empresas retienen a sus viejos nobles de siempre y los otros vuelven a su hábitat natural en sus lugares de origen”, detalla.

Por lo mismo, a partir de abril Enami empezó a “sustentar” el precio del cobre, es decir, a pagar a los mineros un valor de US$ 3,04 por libra de cobre aunque la cotización internacional esté bajo esa cifra. La diferencia se transforma en un crédito para los productores, que deberán pagar cuando el valor del metal rojo aumente y que por mientras es traspasado desde Hacienda, detalla Enami.

“Mineros golondrinas” ya se fueron

Los productores dicen que quienes abandonan el sector son aquellos “afuerinos”, los llamados “golondrinas” de la minería. “Un minero nunca deja de ser minero, porque no sabe qué otra cosa hacer. Los que dejan de ser minero nunca lo fueron”, dice Eduardo Catalano, productor atacameño y presidente de la Asociación Minera de Copiapó.

Bernardo Carrizo, productor de Tierra Amarilla y que saca cobre de varias minas que ha arrendado en la zona, sostiene que los problemas de gestión en Enami han hecho que muchos pirquineros “se vayan a trabajar a sueldo en empresas contratistas”. Esto porque regularizar la actividad requiere de seis meses “y los mineros son de naturaleza nómade, no están esperando que salga el permiso”.

Alberto Salas, presidente de Sonami, explica que esta “reducción en el número de productores se explica por diversas razones, entre ellas, por la caída sostenida del precio de los metales y el incremento en los costos”.

Los pequeños productores son muy sensibles a alzas de combustibles, de energía eléctrica e incluso de precios como los automóviles o camionetas usadas, que se han encarecido, comentan los productores consultados.

“La actual caída en el valor del metal, sin duda, ha afectado a los productores, y, en caso de persistir esta baja, los afectará aún más”, añade Salas.

Carrizo agrega que también afectan los problemas de gestión de Enami. “Los atrasos en los procesos de acopio de la planta José Antonio Matta hacen que los productores muy chicos, que tienen que esperar varios meses a que les calculen cuánta es la ley del cobre que acarrean a esa instalación para que les paguen, prefieren emplearse en otra actividad”, sostiene el productor de Tierra Amarilla.

Eduardo Catalano, de la Asociación Minera de Copiapó, señala que las nuevas normas de seguridad que se implementaron tras el accidente de la mina San José, donde 33 mineros quedaron atrapados, hizo que por lo menos en Atacama las faenas ilegales se terminaran.

Enami inicia pago de “precio de sustentación”

La gran mayoría de los pequeños productores venden sus minerales a Enami, cuya tarifa se calcula mensualmente con el precio del cobre del mes anterior a la entrega.

Sin embargo, una ley de 2011 establece que cuando el precio del cobre que corresponde aplicar en un mes es inferior al precio fijado por el Ministerio de Hacienda, la diferencia entre ambos valores se financia con un crédito sectorial de hasta un máximo de US$ 0,30 por libra. Esta brecha es pagada por el gobierno.
Alberto Salas explica que cuando ha sido necesario, este mecanismo ha operado exitosamente para apoyar al sector, “el cual ha devuelto tales créditos, incluido sus intereses, cuando el precio del cobre vuelve a subir a niveles que permiten una mayor sustentabilidad de la actividad”.

Fuente: El Mercurio