El cobre durante el S. XIX, parte I

Cultura e Historia
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La minería chilena se hizo conocida en esa época a través de la producción de plata: hacia 1860 Chile produjo alrededor de un 15% de la producción mundial. El cobre seguiría la huella del boom de la plata.

Tras la Independencia, el país pudo practicar por primera vez la libertad de comercio. No transcurrió mucho tiempo para que los europeos, particularmente comerciantes ingleses, llegaran hasta las costas chilenas buscando materias primas. Hay que considerar, además, que en esos años el precio del cobre subió mucho, producto de la Revolución Industrial. Los países productores de cobre más importantes del siglo XIX se han representado en la figura 1, aún cuando esta solo muestra a cuatro o cinco de las más importantes naciones productoras de cobre. La figura indica claramente la creciente participación chilena en el mercado, en contraste con la participación decreciente de Inglaterra, Rusia y Japón.

Figura 1: principales productores de cobre en el S. XIX

A fines del siglo XIX, Estados Unidos logró en un breve lapso convertirse en el líder del mercado, a la vez que caía rápidamente la importancia de Chile. También España y Alemania adquieren una posición significativa como productores de cobre durante ese tiempo.

La minería chilena se hizo conocida en esa época a través de la producción de plata: hacia 1860 Chile produjo alrededor de un 15% de la producción mundial. El rico Chañarcillo en Copiapó es un indicador de ese glorioso pasado. Al contrario, la alguna vez tan relevante y rentable producción de oro decaía y perdía todo su significado. El cobre seguiría la huella del boom de la plata: se exploraron nuevas minas ubicadas en zonas cercanas, se usaron las mismas líneas férreas y puertos, y se transportó con los mismos barcos a los mercados demandantes de cobre. Desde luego, la actividad absorbió a los mineros que se habían formado al amparo del boom argentífero.

Plata, cobre y más tarde el salitre constituyeron en ese momento la espina dorsal de la economía chilena, dándole a la joven república el carácter de nación minera. El decaimiento de la producción de la plata y del cobre a fines del siglo XIX no trajo para el Estado ningún tipo de pérdida, puesto que la progresiva producción del salitre equilibró esa baja, para convertirse en corto tiempo en la rama económica más importante del país.