Mientras las operaciones mineras son cada vez más digitalizadas, el futuro del sector está apuntando a dar un impulso hacia la autonomía y a una sinergia cada vez mayor entre máquinas y humanos. Aquí, tres académicos analizan cómo está avanzando Chile para construir una industria 5.0, cuáles son los pasos que vienen para liderar este camino, los retos que se deben resolver y las oportunidades de lograrlo.
El paso hacia la mina autónoma, 5.0 y digitalizada, requiere de cambios significativos. Ante eso, las compañías mineras deben comenzar desde ya a trabajar en su ruta de implementación y así mantenerse competitivas en la nueva era digital que estamos viviendo, pues independiente de la digitalización, muchas tecnologías estratégicas ya están operativas y se deben integrar.
En ese contexto, las mineras ya están explorando, por ejemplo, el desarrollo de equipamiento automatizado y un mayor control de gestión de activos. En el futuro, las operaciones autónomas irán mucho más allá del equipamiento, abarcando procesos completos –en ingeniería, planificación, producción y actividades de soporte del negocio-, lo que les permitirá autogestionarse y hacer cambios en condiciones cambiantes con muy baja o nula intervención humana.
Los desafíos para llevar la autonomía a este siguiente nivel serán el uso creciente de inteligencia en los sistemas, como la inteligencia artificial; machine learning; automatización de procesos robóticos; análisis descriptivo, diagnóstico, predictivo y prescriptivo; y modelización de escenarios. Estas tecnologías permiten que los sistemas comprendan los datos que fluyen a través de los procesos, el conocimiento de la situación, una visión en tiempo real de las operaciones unitarias y determinar acciones, ya que las máquinas se comunicarán a través de sensores inteligentes proveedores de datos, tanto entre sí como con Ethernet o en la nube. De esta forma, la industria podrá lograr una mayor inclusión y aprobación social, utilizar energía y agua eficientemente, descarbonizar, afrontar una gran escala de producción y operar y rentabilizar yacimientos profundos de baja ley y altos esfuerzos.
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fuente: DIARIO FINANCIERO / VIERNES 19 DE ABRIL DE 2024