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Consumo esperado de energía en minería del cobre crecería 700% a 2025 solo por plantas desaladoras

Actualidad
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Después de las concentradoras, las desaladoras son las que más demandan electricidad en esta industria. Se estima que a 2021 cerca de un 25% del agua para la minería del cobre vendrá del mar.

En promedio, el 70% del costo de operación de las plantas desaladoras corresponde a energía. Y en los últimos dos años el uso de agua de mar -tanto desalinizada como salada- creció un 81% en la minería. Y la incorporación de estas instalaciones en el futuro se incrementará con fuerza.

Si bien este sector, en comparación con el sanitario y el agrícola, es el que menos demanda agua, por el lugar donde están insertos los yacimientos -donde el estrés hídrico alcanza niveles preocupantes e incluso la Dirección General de Aguas (DGA) ha señalado que en el corto plazo incluso las sanitarias deberán invertir en plantas desaladoras para abastecer a las ciudades-, hoy la industria ve improbable llevar adelante un proyecto sin contemplar la construcción de una de estas plantas. El sector estima que a 2021 cerca de un 25% del agua en la minería del cobre provendrá del mar.

Según el último informe de Cochilco, que se actualizará esta semana, el consumo esperado de electricidad por parte de la minería del cobre pasara de 0,77 TWh (que equivale a un millón de MWh) en 2013 a 6,16 TWh en 2025 solo en las plantas desaladoras y de impulsión, lo que se traduce en un incremento de 700%. Este ítem representará el 15% del total de la energía ocupada por el sector, solo después de las plantas concentradoras que alcanzan un 64,2% y que ha sido, desde siempre, el proceso de mayor demanda eléctrica.

Desafíos

Las desaladoras son caras tanto de construir como de operar, y sus costos dependen de varios factores, como de cuán lejos esté la mina de la costa como también de la altura del yacimiento. Esto, por la longitud de los tubos y por el nivel de impulsión de agua.

Actualmente las mineras están haciendo importantes esfuerzos para mejorar la eficiencia en los procesos y así reducir los tamaños de las desalinizadoras y, con ello, los costos asociados.

En la industria, y basados en datos del Consejo Minero, señalan que la extracción de agua fresca de 2009 a 2013 se ha mantenido relativamente constante (en 12,5 metros cúbicos por segundo), lo que no se correlaciona con el aumento de los proyectos realizados. Esa brecha se ha cubierto con plantas desaladoras. En el sector estiman que en el corto plazo la desalinización pasará a ser la fuente más importante de agua después del agua subterránea.

Datos a septiembre de Cochilco indican que actualmente hay seis plantas desaladoras en operación y cuatro sistemas de impulsión de agua de mar funcionando. Además, hay 16 proyectos mineros que consideran, ya sea en niveles preliminares de evaluación como en construcción, el uso de una de estas alternativas. Se contemplan inversiones que suman más de US$ 10 mil millones a 2021.

Respecto al consumo esperado de electricidad de la minería del cobre en su conjunto -incluyendo concentradoras, desaladoras, refinerías, fundiciones, entre otros-, Cochilco estima que será de 41,1 TWh para 2025, siendo las faenas ubicadas en el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) las principales demandantes. Como consumo máximo, esta industria podría llegar a consumir 52 TWh para 2025. Esto podría llegar a presentar complicaciones para la ejecución de algunos proyectos mineros, e incluso algunos podrían sufrir postergaciones.

Fuente: El Mercurio